La
salamandra gigante japonesa: Esta familia de salamandras (Cryptobranchidae)
se trata de urodelos acuáticos que no solamente se encuentran en
riachuelos y estanques de Japón, sino también en el este de los Estados
Unidos y la China. Hasta nuestros días, son los anfibios de mayores
dimensiones que se conocen. La salamandra nipona gigante, por
ejemplo, llega a medir más de 1.5 metros, come peces y crustáceos, y alcanzan a
vivir 80 años. Principalmente cazan de noche, y debido a su
deficiente sentido visual, utilizan sensores en su cabeza y cuerpo para la
detección de cambios en la presión del agua, haciéndoles posible la
ubicación de su presa.
En
la época de apareamiento, las salamandras viajan río arriba en donde tras
la fertilización de los huevos, el macho los protegerá durante por lo menos 6
meses. En ese tiempo, las crías van a acumular grasa
hasta estar preparadas para la caza. Una vez listas, irán de cacería en
grupo, en vez de hacerlo de forma individual.
La historia del descubrimiento de este anfibio
comienza en 1726, cuando un físico sueco, Johan Jakob Scheuchzer, ha
descrito un fósil como Homo diluvii testis, que significa que
“Testigo del Gran Diluvio”, creyendo que era los restos de un hombre que se
ahogó en el diluvio bíblico. Luego, el museo de Teylers en Haarlem
ha traído el fósil en 1802, en el cual aún es exhibido. Una
década después Georges Cuvier examinó el fósil, que llegó a reconocerlo como
una salamandra gigante y le cambió de nombre a Andrias scheuchzer,
en memoria a Scheuchzer y a sus creencias... Un dato interesante: Andrias viene
a significar imagen de hombre.
La
anaconda: Quién no conoce a la anaconda. Pero no dejaré
pasar la oportunidad de hacer una rápida descripción de este temible reptil,
que quizá algo no sepan. En primer lugar, el nombre científico de este
ofidio es Eunectes murinus y ha protagonizado ya unas
cuantas películas en Hollywood (¡Jaja… en la ficción es una verdadera
estrella!). Además de ser largas, son anchas, tienen mandíbulas
poderosas, y son acuáticas. Sólo sus ojos y fosas nasales
sobresalen del borde del agua. Alcanzan a medir 9 metros de longitud y pesar
107 kilogramos (aunque se encontraron unas realmente largas y
robustas). No es venenosa, acaba con sus presas por asfixia y
constricción, denominada apretamiento. Está de más decir que es
una de las serpientes más grandes y fuertes del planeta. La piel de
los adultos es de color verde oscura, y cuenta con manchas negras
redondeadas.
La anaconda se alimenta de peces, ratas,
aves, ciertos reptiles, pecaríes y demás mamíferos de su ecosistema. Se
reproduce en la estación de verano. Es vivípara. La
hembra pare entre 20 y 40 crías, de alrededor de un metro de largo.
Qué criaturillas tan adorables deben de ser. Su promedio de vida es de
unos 25 años, siendo a toda edad agresivas con sus presas. Habita
los bosques tropicales, bosques deciduos, sabanas, en los ríos selváticos,
pantanos y terrenos despejados. Su piel es una de sus mejores
“armas”, ya que es confundida con parte del lugar donde se halle.
Este ser se encuentra amenazado, todo esto
consecuencia de la caza indiscriminada por la extracción de su piel y la
pérdida de su hábitat. Qué lamentable.
La
pitón reticulada asiática: Varios dicen que esta serpiente es más
larga que la anaconda del Amazonas. Cuentan que cuando atraparon un
ejemplar en Indonesia, éste medía el largo de a la vez 9 hombres echados en el
suelo. Este reptil, exactamente, medía 14.85 metros y pesaba unos
447 kilos. La pitón ha sido descubierta en el pueblecillo
de Curugsewu, en medio de la isla de Java. Luego de un año de su
captura, recién fue presentada al mundo.
Según
el Libro Guiness de los Récords, la pitón reticulada asiática es la serpiente
más grande que el ser humano haya visto, la anterior marca era correspondiente
también a una pitón, hallada igualmente en Indonesia en 1912: su longitud era
de 9.75 metros. Los encargados del zoo en donde está en
Yakarta, brindaron una información acerca de su carnosa dieta. El
animal come de 3 a 4 perros al mes. Esto no me gusta en lo absoluto, pues
amo a los canes. ¿Acaso no hay vacas o cerdos en ese país…?
Esta clase de serpiente es ardua de domesticar y
nunca se sabe cómo reaccionará. Con sus veloces ataques y su dentadura
bien afilada, las pitones pueden cortar arterias. Al contrario de las boas,
estos ofidios son ovíparos (ponen de 15 a 100 huevos, de acuerdo a su
tamaño). La pitón puede ser la más larga, pero la anaconda es
la más pesada. Espero fotografiar pronto a ambas serpientes y tener la
ocasión de mostrárselas.
La
Titanoboa cerrejonensis: Esta serpiente es una especie extinta
de la familia de los Bóidos. Ha vivido hace 60 millones
de años, en donde se ubica la Colombia de hoy, según una investigación de
la Universidad de Toronto (Canadá). Se le puso el nombre de Titanoboa
cerrejonensis por sus dimensiones y por la mina carbonífera del
Cerrejón, que es una de las minas abiertas más grandes de la Tierra, en el
departamento de La Guajira. Por medio de un estudio comparado de sus
vértebras, se calcula que el reptil medía de 13 a 14 metros de largo y
su peso era de aproximadamente 1,145 kilos. En Cerrejón se encontraron
también los esqueletos de tortugas gigantes y de cocodrilos que han podido ser
el banquete del formidable ofidio. Como casi todas de su clase, era
capaz de nadar y cazar dentro del agua.
Es muy importante el tamaño de la Titanoboa,
puesto que las dimensiones de las serpientes, como seres de sangre fría,
dependen mucho de la temperatura de su hábitat. La extinta colombiana,
por su tamaño, necesitó una temperatura promedio al año de 30 a 34 grados
Celsius para poder sobrevivir, 6 grados de más que la temperatura media de
Cartagena en la actualidad. Esta información pondría en veda la idea de que
la vegetación de los trópicos desaparecería a altas temperaturas. Es la primera
vez que se halló fósiles de vertebrados muy antiguos en la zona ecuatorial de
América del Sur. En la imagen (un dibujo ilustrativo) pueden ver lo
gigantesco que fue este reptil. Definitivamente, en esos tiempos pasear en
bote por un río amazónico es arriesgarse a terminar en el estómago de una Titanoboa o
en el de cualquier otra bestia, tal vez más grande. ¡Qué emocionante!
Y
con estas 7 especies de Cordados vertebrados finalizo los tres
documentales que programé para ustedes, lectores y visitantes de mi blog.
Como se habrán dado cuenta de inmediato, en esta ocasión he metido en una misma
bandeja a animales que aún existen y a un par de extintos. Y, si bien
no me referí a las tortugas —que también las hay enormes—, creo que fue
suficiente por ahora, ya que hay espacio de sobra para tratar de
diferentes temáticas en este sitio... Y, a continuación se viene
algo de aventura que experimenté en la selva de mi región. Les invito (no
obligo) a leerla.
Vías:
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ResponderEliminarAlena
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