Fueron las 9 de la mañana cuando se abrió la atención en las puertas del local donde se celebraba el XIV Festival de la Orquídea. Hasta las 10:30 p.m., personas de todas las edades —en su mayoría jóvenes— habían ingresado en los ambientes; entre la gente vi a un grupo de señores de raza aria y a unos cuantos reporteros con chaleco y con sus cámaras colgadas. Al inicio y durante la explicación que me daban sobre las características y el cuidado de las orquídeas, los visitantes, curiosos y hombres de prensa aún no se acercaban a los aparadores por donde permanecía de oyente y entrevistador a la vez.
Si han leído las anteriores partes, sabrán que publiqué un montón de información de las bromelias. Quizá fui un poco aburrido para aquellos que sólo gustan de la aventura y la acción. Pero el hecho es que no exclusivamente deje contentos a ese gran número de visitantes y lectores “adrenérgicos”, sino también a los curiosos medio nerds como yo. Como verán soy un tipo raro: una mezcla de personalidades opuestas que convergen muy bien. Tanto la aventura y el entusiasmo por conocer lugares nuevos como las ciencias y la tecnología se mantienen en un 50-50. Durante estos posts reluciré más mi pasión por la ciencia (Botánica) que por las escapadas y los viajes. Dentro de todo el Reino Vegetal, las orquídeas son mis plantas preferidas, por su variedad de colores y formas. Pienso que Dios pasó sus mejores pinceladas por las flores de estos seres que crecen en las selvas tropicales de la Tierra… Y así, tras estas breves palabras a modo de presentación, paso a tratar el tema principal de esta secuencia de posts, al quid del asunto, al corazón de la historia, al centro de todo, o sea pues, a las orquídeas:
Historia de las Orquídeas: El nombre de orquídea la usó por vez primera Teofrasto, un filósofo de la antigua Grecia que ha vivido entre los siglos VI y V a.C., y que escribió el primero de los tratados sistemáticos de Botánica Farmacológica “De Historia Plantarum” en el cual habla de algunas plantas que presentan un par de tubérculos redondeados en la base de la raíz. Al parecido con los testículos, Teofrasto las llamó “Orchis”, que en griego significa exactamente “testículos”. De ahí es originario el nombre de las orquídeas. Y así (hombres) que cada vez que se rasquen los huevos, recordarán a esta bella planta.
Continúo. Dioscoride, en el siglo I D.C. cita a las orquídeas en sus libros de herboristería y botánica. Pero se tuvo que llegar al siglo XI, para descubrir un verdadero tratado de cultivo de las orquídeas, publicado en China. Los habitantes de este país siempre han querido mucho a esta flor hasta el grado de asociarlas a sus fiestas primaverales y han sido utilizadas para apartar las influencias de los malvados y, de forma particular, para combatir la esterilidad. También la cultura azteca conoció específicamente a la orquídea “Vainilla”, que se usó para la preparación de olorosas bebidas a base de cacao, café y vainilla aprovechando la vaina.

Las primeras especies de orquídeas que se introdujeron en los invernaderos europeos son las siguientes: Cymbidium, Epidendrum, Phaius y Vanilla… Inglaterra y Holanda fueron las naciones que contribuyeron al descubrimiento y difusión de estas extraordinarias plantas, a lo largo y ancho del globo. En efecto, varias de las orquídeas principales aún conocidas tienen el nombre de investigadores y aficionados de antaño como James Veitch del que desciende el nombre Epiphronitis veitchii, o William Cattley del que origina el género Cattleya, solamente por poner algunos ejemplos.
La orquídea desde entonces se reparte por el mundo y se quiere que el peor enemigo de esta planta —el ser humano— pare de destruir sus hábitats naturales: las selvas tropicales.
Algo más que saber sobre la historia de las orquídeas y el Perú: Como referencia una de las flores más sembradas de Estados Unidos es una orquídea del sudeste asiático, la Phalaenopsis, y en Perú se calcula que existen unas 3,000 especies, desde la Chlorea pavonni que crece en las lomas costeras hasta la impresionante y mundialmente reconocida Cattleya rex natural de Moyobamba, endémica de la selva alta peruana.
Sólo algunos saben por ejemplo, que la Vainilla es una orquídea, que en la “Ciudad Imperial”, el Cuzco, hay una hermosa historia de amor, remontada en el apogeo incaico y que es basada en una orquídea de flores rojas, Masdevallia veitchiana, llegó hasta nuestros días, como tradición oral. Esta flor, a opinión de múltiples especialistas, es una de las flores más lindas de las Orchidacae y fue honrada como merecedora de un FCC (First Class Certificate), uno de los premios más importantes del American Orchid Society… La "historia oficial" de las orquídeas, o mejor dicho su reconocimiento público internacional se hizo en 1818 por “somera casualidad”.


Continúa...
Fuentes: Wikipedia Elicriso PeruOrchids
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