Fueron las 9 de la mañana cuando se
abrió la atención en las puertas del local donde se celebraba el XIV
Festival de la Orquídea. Hasta las 10:30 p.m., personas
de todas las edades —en su mayoría jóvenes— habían ingresado
en los ambientes; entre la gente vi a un grupo de señores de raza
aria y a unos cuantos reporteros con chaleco y con sus cámaras colgadas.
Al inicio y durante la explicación que me daban sobre las características
y el cuidado de las orquídeas, los visitantes, curiosos y hombres
de prensa aún no se acercaban a los aparadores por donde permanecía de
oyente y entrevistador a la vez.
Si han leído las anteriores partes,
sabrán que publiqué un montón de información de las bromelias.
Quizá fui un poco aburrido para aquellos que sólo gustan de la
aventura y la acción. Pero el hecho es que no exclusivamente deje
contentos a ese gran número de visitantes y lectores “adrenérgicos”, sino
también a los curiosos medio nerds como yo. Como
verán soy un tipo raro: una mezcla de personalidades
opuestas que convergen muy bien. Tanto la aventura y
el entusiasmo por conocer lugares nuevos como las ciencias y la
tecnología se mantienen en un 50-50. Durante estos
posts reluciré más mi pasión por la ciencia (Botánica) que por las
escapadas y los viajes. Dentro de todo el Reino Vegetal, las orquídeas
son mis plantas preferidas, por su variedad de colores y formas. Pienso
que Dios pasó sus mejores pinceladas por las flores de estos seres que
crecen en las selvas tropicales de la Tierra… Y así, tras estas breves
palabras a modo de presentación, paso a tratar el tema principal de
esta secuencia de posts, al quid del asunto, al corazón de la historia, al
centro de todo, o sea pues, a las orquídeas:
Definición
de Orquídea: Las orquídeas u orquidáceas
(Orchidaceae) son una familia de plantas
monocotiledóneas distinguidas por la complejidad de sus flores y por sus
interacciones ecológicas con agentes polinizadores y hongos con los que forman
micorrizas (simbiosis). La familia abarca 25,000 (algunos
dicen 30,000) especies, y tal vez otros 60,000
híbridos y variedades producidas por los horticultores, por lo que es una
de las familias con mayor riqueza entre las Angiospermas. Se reconocen por
sus flores de simetría bilateral, en las que la pieza media del
verticilo interno de tépalos —nombrado labelo— está bien modificada, y el o los
estambres se fusionan al estilo, por los menos en la base.
Historia
de las Orquídeas: El nombre de orquídea la usó por vez
primera Teofrasto, un filósofo de la antigua Grecia que ha vivido
entre los siglos VI y V a.C., y que escribió el primero de los tratados
sistemáticos de Botánica Farmacológica “De Historia Plantarum” en el
cual habla de algunas plantas que presentan un par de tubérculos redondeados en
la base de la raíz. Al parecido con los testículos, Teofrasto
las llamó “Orchis”, que en griego significa exactamente “testículos”. De
ahí es originario el nombre de las orquídeas. Y así (hombres) que
cada vez que se rasquen los huevos, recordarán a esta bella planta.
Continúo. Dioscoride, en el siglo I D.C.
cita a las orquídeas en sus libros de herboristería y botánica. Pero se
tuvo que llegar al siglo XI, para descubrir un verdadero
tratado de cultivo de las orquídeas, publicado en China. Los habitantes de
este país siempre han querido mucho a esta flor hasta el grado
de asociarlas a sus fiestas primaverales y han sido utilizadas
para apartar las influencias de los malvados y, de forma
particular, para combatir la esterilidad. También la
cultura azteca conoció específicamente a la orquídea “Vainilla”, que se usó
para la preparación de olorosas bebidas a base de cacao, café y
vainilla aprovechando la vaina.
En
el siglo IX, L. Fuchs, un botánico alemán, ha descrito a la orquídea en un
extenso tratado, llamado “Historia Stirpium”. En ese mismo
periodo, la primera orquídea ha llegado a la Europa de las Indias
Occidentales, por medio de Francisco Hernández, un sacerdote jesuita. No
obstante, ha resultado necesario arribar al siglo XVIII para contar
con la clasificación botánica gracias al famoso taxonomista sueco
Carlo Linneo, autor del libro “Species plantarum”. (Recuerdo que leí
unos fragmentos cuando era niño). Pero recién, una centuria más tarde
detona la “locura” por las orquídeas. Charles Darwin con su estudio
de las especies y las técnicas reproductivas fue el quien abrió los ojos de
todo el mundo. Desde aquellos tiempos se inicia la caza de
orquídeas, en la incansable búsqueda de nuevas especies. Son
resabidas las obligadas lecciones de la inglesa “Royal
Horticultural Society”, hasta hoy, gran institución activa que
busca especies vegetales nuevas para la ciencia.
Las
primeras especies de orquídeas que se introdujeron en los invernaderos europeos
son las siguientes: Cymbidium, Epidendrum, Phaius y Vanilla… Inglaterra y Holanda fueron
las naciones que contribuyeron al descubrimiento y difusión de estas
extraordinarias plantas, a lo largo y ancho del globo. En efecto, varias
de las orquídeas principales aún conocidas tienen el nombre de
investigadores y aficionados de antaño como James Veitch del que desciende el
nombre Epiphronitis veitchii, o William Cattley del
que origina el género Cattleya, solamente por poner algunos
ejemplos.
La
orquídea desde entonces se reparte por el mundo y se quiere que el peor
enemigo de esta planta —el ser humano— pare de destruir sus hábitats naturales:
las selvas tropicales.
Algo
más que saber sobre la historia de las orquídeas y el Perú: Como
referencia una de las flores más sembradas de Estados Unidos es una
orquídea del sudeste asiático, la Phalaenopsis, y en Perú se
calcula que existen unas 3,000 especies, desde la Chlorea pavonni que
crece en las lomas costeras hasta la impresionante y mundialmente
reconocida Cattleya rex natural de Moyobamba, endémica de la
selva alta peruana.
Sólo algunos saben por ejemplo, que la
Vainilla es una orquídea, que en la “Ciudad Imperial”, el Cuzco, hay una
hermosa historia de amor, remontada en el apogeo incaico y que es
basada en una orquídea de flores rojas, Masdevallia veitchiana,
llegó hasta nuestros días, como tradición oral. Esta flor,
a opinión de múltiples especialistas, es una de las flores más lindas
de las Orchidacae y fue honrada como merecedora de un FCC
(First Class Certificate), uno de los premios más importantes del American
Orchid Society… La "historia oficial" de las orquídeas, o
mejor dicho su reconocimiento público internacional se hizo en 1818 por “somera
casualidad”.
En aquella época, la Inglaterra victoriana
disponía de exploradores en las más distintas regiones del planeta. Así ha
sido que uno de ellos, llamado Swainson, que recolectaba
musgos y líquenes en América del Sur para el horticultor William Cattley, utilizaba
los pseudobulbos y las hojas carnosas de las plantas que crecían en la selva
amazónica para reforzar los empaques de musgo, sin saber que realmente estaba
por despertar el encanto de todos por esta espléndida familia de plantas. Ya
en Inglaterra, los pseudobulbos han dado hermosas flores
color lavanda y el horticultor, como están al corriente, pasó a la posteridad.
Pero, se conoce poco que 30 años antes, Don Hipólito Ruiz y
José Pavón, unos botánicos de la Madre Patria encargados por el rey Carlos III,
han descrito más de seiscientas orquídeas en el Perú en un viaje de exploración
que ha durado once años, del año 1777 al 1788.
Se creó un delirio por las orquídeas, lo
que fue bueno y malo a la vez para ellas. Lo bueno es que dicha
pasión permitió conservar las plantas ya “extinguidas” en su hábitat natural o
los que están desapareciendo, como se da en el Perú con la Chloraea
pavonii. Lo malo viene a ser que los completos se depredaron e
incendiaron por los mismos coleccionistas, sólo para poseer las últimas
sobrevivientes de una especie extinta y venderlas después a precios
por las nubes.
Fuentes: Wikipedia Elicriso PeruOrchids
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