El mundo vive engañado por los
medios noticiosos. La mayoría cree todo
lo que lee o ve en las noticias. Vivimos en una matrix, controlados; nuestros pensamientos ya no son nuestros
porque éstos han sido implantados a través de la información que nos taladran
los medios de comunicación. Lo peor, es que la mayoría no tiene una mente
analítica y da por hecho lo que le cuentan porque es de un medio que se hace
llamar oficial. Esta mayoría te pide fuentes. ¿Dónde están tus fuentes? ¿Son
oficiales? Pero en realidad que entendemos por oficial; oficial es “aquello que depende o procede directamente del Estado o de una
autoridad reconocida”.
Es contradictorio desde cierto punto de vista cuando alguien te exige “fuentes
verídicas” y al final arguyen diciendo que el Gobierno es una farsa. Quien le
da el derecho de llamar oficial a una fuente es el propio Estado, el propio
presidente o sus autoridades a cargo.
Sabemos, o decimos saber, que incluso el presidente “se ha dejado manipular”,
y eso, en cierta medida, es verdad. Principalmente, en los países
tercermundistas, ¿cuántas amenazas no se habrán impuesto a muchos de los jefes
de Estado para develar la verdad? ¿Qué es lo que nos ocultan? ¿Qué es lo que
ellos saben pero no nos quieren contar por temor a sufrir las consecuencias
bajo intimidación de la controladora Élite Mundial? Los mismos periodistas, los mismos informadores y corresponsales de prensa
están siendo amedrentados por un poder que va mucho más allá de nuestra
imaginación. Yo, al publicar este artículo, incluso corro el riesgo de ser
tomado como otro “conspiranoico” más de la web. Tal vez aún no simbolice una amenaza
para ellos porque recién empiezan a leerme. El Gran Hermano lo observa todo, es
el “Ojo que Todo lo Ve”. Nada se le escapa de sus manos. Es fácil para ellos
porque utilizamos las plataformas creadas por ellos mismos para publicar
nuestras opiniones y protestas contra el sistema.
Me considero un investigador
independiente. Tengo una profesión muy alejada del periodismo, pero lo que no
lo aprendí en las aulas, lo aprendí por cuenta propia. Me la paso investigando,
analizando, cuestionándome todo lo que me parece raro ante mis ojos. He sacado
muchas conclusiones que me han llevado a una sola: “Este mundo vive gobernado por
las personas más ricas del mundo”. Y, en esta ocasión no hablaré de reptiloides
ni nada parecido; en lugar de eso me centraré en un solo individuo: El
controvertido Bill Gates.
Muchos lo llaman que él es el
mismo diablo. Todo con su estilo nerd, su apariencia sencilla y sus eternos
lentes de trasero de botella, nos podría hacer creer que es el tipo más inocente
del mundo; pues él, quieras o no, lo sepas o no, controla nuestras vidas.
Empezando desde la computadora o celular que usas, hay algo dentro de éstos que
el magnate tiene como patente o ha sido invento de él. Como fundador de la Corporación Microsoft tiene determinado dominio
sobre ciertos medios y aplicaciones, muchas veces haciéndonos esclavos de
estos, así como sucede con el Facebook de Zuckerberg, que queramos o no somos
usuarios para estar informados o comunicados. Es una sutil e ingeniosa forma de imponer el control sobre nosotros, ya
que nos vuelven esclavos de las tecnologías. Pero todo tiene que tener un
sello, una marca que garantice su originalidad y credibilidad, por no decir
también seguridad. Así es como Gates y muchos otros poderosos de los medios de
comunicación lo han acordado, sistema que se ha venido manejando desde hace
muchos años y que ha tomado mayor magnitud desde la aparición de Internet.
Poderosos como Bill Gates
pueden hacer que roben tu información, eliminen tus cuentas en las redes
sociales, tu cuenta en YouTube, o hasta podrían acabar o desprestigiar tu
sitio. A diario somos bombardeados de
información, nos tienen como títeres, que lee esto, que compra esto, que usa
esto, que no veas eso, y así sucesivamente. Ellos te conocen más de lo que
tú te conoces. Saben muchas cosas. Conocen tus puntos débiles: Fácilmente
manipulable, agresivo, grosero, fanático del morbo. Capturan tu interés para
las cosas superfluas e irrelevantes. Moldean tu mente, tu modo de ser, tus
reacciones. Al final no eres ni capaz de coger un libro o escribir un diario.
Te alimentas solo de basura. La cabeza está cada vez más llena de excremento. Vivimos en un círculo vicioso que no nos
ayuda abordar temas realmente trascendentales.
Es una lástima —observo— que
muchos medios de comunicación los cuales tuve como fuente para algunos de mis
posts están siendo manipulados por el Nuevo Orden Mundial para presentar
información falsa sobre avances científicos o en medicina, supuestos descubrimientos
de curas contra el Coronavirus y ahora filántropos
que financian para vencer esta “nueva plaga” que está desestabilizando al mundo
entero. Todo es un plan bien armado
para hacerte creer que multimillonarios como Bill Gates están siendo
humanitarios con sus aportes económicos para descubrir la vacuna contra el
Coronavirus.
Previamente he posteado
noticias sobre que se está encontrando la solución para este mal, pero pronto
estaré desmintiendo a través de futuros posts sobre lo que se esconde detrás de
todo esto. Lo más trágico es que mucha gente,
incluso la clase más baja de la comunidad científica, sigue creyendo que el
Coronavirus se puede vencer por medio de los recursos que normalmente ya se
piensan; eso es lo que la élite nos hizo creer, la misma que está generando
todo este pánico mundial para manipular
psicosocialmente las mentes de todos. Mi premisa no es sacada de ningún
libro de ciencia ficción ni es consecuencia de algún alucinógeno. Es fruto de
muchos análisis que espero más adelante llega a compartir en su totalidad a
través de este blog, mi espacio personal dedicado a ustedes.
El
Coronavirus es real.
No crean que estoy tratando de decirles que la enfermedad es una mentira creada
para concebir miedo, pues ese miedo más bien es origen de una exageración o manipulación de los síntomas del COVID-19.
En mi país, Perú, el año pasado el número de muertes por la gripe común fue
seis veces más que la muerte por Coronavirus durante estos últimos cuatro
meses. Mi experiencia me ha enseñado que el
poder de la mente es tan grande que si no sabemos controlarlo, esté lo hará con
nosotros. He aprendido a meditar por
medio de las enseñanzas del yoga que me dio una maestra caribeña, que ahora ya
se encuentra en Estados Unidos (¡Dios la libre!). “La mente manda al cuerpo y el
cuerpo obedece”. Nunca olvidaré aquel mantra. Al único que debes
permitir controlar tu mente eres a ti mismo. ¿Pero quien nos está controlando
ahora? ¿Quién nos tiene bajo su gobierno? Todos los sabemos, pero no queremos
darnos más cuenta, o ver más allá.
Les cuento un caso mío. He
nacido con rinitis alérgica, ya que este mal es congénito y es muy molesto.
Toda mi vida he creído ciegamente en un medicamento, he creído que realmente me
sana. Hasta que un día, por equivocación tomé una pastilla contra la fiebre para
una niña, y no tardé en sanarme de mi mal. Pensé que, como estaba todo oscuro
aquella noche, me tomé mi “bendito” alermizol. Pero, ¿qué es lo que realmente
me curó? Es fácil de responder. Pues claro que fue mi propia mente que se
autosugestionó.
Me atrevo a decir el Coronavirus (hablando en general de sus
fases) no es más que una gripe con
síntomas un poco más severos que la gripe común. El mal está sembrado, solo
hizo falta regarlo con alarmas y noticieros. El miedo muchas veces nos da
diarrea, pero esta vez hicieron que nos diera más fiebre, más tos, más dolor de
pecho y garganta, mayor dificultad para respirar y no sé qué cuanta más
sonsera. Hay millones de personas que se mueren alrededor del mundo. No soy
ajeno a eso. Bueno, espero contarles más adelante algo aún más revelador. Decía
que la gente se está muriendo, ¿pero cuánta gente no se ha muerto de gripe, de
neumonía, de falta de oxigenación de la sangre o los pulmones? ¿Cuánta gente
durante muchos años pasados no se ha muerto de todos estos síntomas? Millones,
cientos de millones.
La industria farmacéutica
existe sólo con fines económicos. La
Organización Mundial de la Salud tiene un lado más oscuro que el mismo lado
oculto de la luna. Nadie sabe lo que se fragua detrás de ésta. ¿Dije nadie?
No, por supuesto que muchos lo saben y casi no son creídos o son puestos en la
lista negra. Esto es un negocio redondo. Les importa un bledo la economía de
los gobiernos. Así nos maneja la élite.
Ahora me vienen con otra
absurda noticia en un diario que creí limpio, pero para qué me engaño, de
alguna forma te manipulan, ya sea bajo amenaza o mentiras. Salen con el titular
de que Bill Gates está por descubrir la
cura contra el Coronavirus. ¡Ja! Cuando la enfermedad es él mismo y la cura
somos nosotros, nuestro mismo organismo, nuestra misma mente. Este
multimillonario se disfraza con su Fundación Bill & Melinda Gates, una
especie de ONG que lucha y previene sobre muchos problemas que aquejan al
mundo. O eso es lo que ellos nos han pintado. Valoro, eso sí, el empleo que dan
a muchos profesionales, pero esto es solo para como dije disimular sus
verdaderos propósitos. Y esto no lo ves solo en las organizaciones de apoyo
colectivo, sino también en la industria del cine, la televisión o la maquinaria
musical.
¿Cuál es el plan a fondo sobre
la mente de sujetos como Bill Gates? Tener
sometida a la población mundial y su posterior reducción demográfica. Pero
de esto trataré en futuros posts.
Fuente: La Verdad
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